Iniciamos esta semana de invierno con una boda que os va a dejar boquiabiertos. Lo que vais a ver a continuación, no es una simple boda. No se trata de un simple día festivo con invitados y canapés. No. 

Se trata de una boda ambientada nada más y nada menos que en la época dorada de los años 20. El vestido de Romina, su ramo, su peinado, el traje de Marc, el coche, la iglesia, los detalles para los invitados... Una auténtica locura que resultó ser  la mejor decisión de sus vidas. Siempre os lo digo, no pueden existir miedos durante la preparación de vuestra boda, ya que la ilusión juega un papel fundamental para que la boda dé resultado. Si nos frenan esos miedos entonces nos prohibimos imaginar y ser creativos. Romina y Marc no se prohibieron nada y su ilusión dio fruto a esta boda de ensueño. 

Y si no me creéis, mirad estas fotos y juzgad vosotros mismos, pero a jurar diría que pensáis lo mismo que yo. ¿No veis en todas ellas chispas, amor y ilusión?. A mi me ponen los pelos de punta. Hacen una pareja maravillosa. Uff, que bonito.

Como veis, el vestido de Romina es muy romántico. Se trata de un vestido de Pronovias de la Colección Manuel Mota. Por desgracia este gran diseñador, modisto adalid del buen gusto falleció a los 46 años el 9 de enero de 2013, pero nos dejó increíbles joyas como esta que luce Romina. El vestido cuenta con una larga cola ligera con plumas y un corpiño estrecho con escote de palabra de honor. Este último decorado con pedrería y múltiples detalles. 

Romina apostó por las plumas no solo porque estaba preciosa con este vestido sino porque en los dorados años 20 se incorporaron las plumas; flecos con plumas, tocados con plumas, vestidos con plumas...era la moda en aquellos tiempos. No olvidemos que es una boda temática 100%.

Apostar por plumas puede ser una muy buena opción ya que dan un toque de soficticación y movimiento al vestido. Las plumas blancas pueden ser de ocam, averstruz o marabú. Al ser naturales hace que cada una de ellas sea única e irrepetible. Un vestido de novia con plumas hace que el vestido sea más etéreo y elegante, dando así mucha personalidad. Fijaros, ¿cierto, verdad?

Imagen de Javi Cabrera

Y ahora... ¡el coche!

La entrada de los novios dejó perpleja a la gente ya que usaron un sublime cochazo ambientado en esos años 20. ¡Un Rolls Royce! No falta detalle.

Imagen de Javi Cabrera